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[REVIEW] Barbie y el género; ¿una eterna disputa?

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“La película del verano” y “la cinta más esperada del año” fueron algunas de las frases que revoloteaban alrededor de la más reciente entrega de Greta Gerwig. Tras filmes como ‘Lady Bird’ y ‘Little Women’, quedó claro el talento directorial de Greta, además de su capacidad de encapsular diversas experiencias femeninas.

Es difícil imaginar otro nombre para llevar, por primera vez, a la pantalla grande a una muñeca tan icónica como Barbie y, a la vez, tan controversial. Sin embargo, la postura de Greta frente a la muñeca, y lo que representa, queda algo corta.

Como bien expresa el filme, Barbie nació como una alternativa para las mujeres, algo a lo que aspirar además de ser madres. La muñeca nos enseñó que las mujeres también tienen carreras, casas, autos y libertad, al igual que los hombres en la vida real, hasta que nos dijeron que teníamos que vernos como ella, creando un nuevo estándar.

Las niñas cuando juegan con muñecas no aspiran a verse como ellas, son de plástico, y las mujeres que las rodean no se ven así. Hay un punto en la vida de cada mujer donde se le dice que debe ser y verse como Barbie, y la película no teme adentrarse y mirar de frente esas expectativas de perfección.

Esa experiencia, cuando el mundo le dice a las niñas cómo deben verse y qué deben ser, es el primer acercamiento al patriarcado. Este mundo que Barbie nos mostró no es real, las niñas se desencantan con la muñeca y pasan a la adultez, tal como la Barbie de Margot Robbie lo hace en la película.

En su esencia, Greta puso a una niña y un niño, representados en Barbie y Ken, enfrentándose literalmente al mundo real y aprendiendo diferencias de género y cómo afecta en su adultez. No es coincidencia que la perfección de Barbie se vea interrumpida por pensamientos existenciales y la celulitis, como suele pasar en la adolescencia, y la vida de Ken se vea transformada a través de un empoderamiento y expectativas externas.

Para la película, el género y cómo nos enfrentamos al “mundo real”, es decir, la adultez, son cuestiones que no solo van de la mano, sino que determinan quiénes somos. Para Barbie, es un triste recordatorio de que no es perfecta y, como aprende en el camino, nadie lo es, mientras que para Ken es una transformación hacia alguien que toma más espacio y liderazgo, le guste o no.

“Ser mujer es difícil”, es la frase que encapsula el sentimiento del filme, y toda mujer puede estar de acuerdo con esa afirmación, sin embargo, Barbie comprende que vale la pena vivir una vida siendo una mujer imperfecta, porque a pesar de sus dificultades, la imperfección es divertida y hermosa.

Aún así, el filme de Greta, al encapsular su visión de la feminidad, se queda con una versión simplista y muy hollywoodense del movimiento feminista y la cuestión de género. Sigue siendo la historia de una mujer blanca que descubre un feminismo blanco, en lugar de cuestionarse otros aspectos como lo hace el feminismo interseccional.

Esto se ve como una oportunidad terriblemente perdida, especialmente teniendo en pantalla a America Ferrera como el personaje prominente de Gloria, una actriz latina que pudo darle otra dimensión al mensaje de Greta. O a través de la voz de Ariana Greenblatt, que le da vida a Sasha, una adolescente que cuestiona no sólo el patriarcado y los roles de género, sino que también al facismo y el consumismo. Esto último, siendo un rasgo de su personaje al momento de su introducción, pero que la misma película olvida.

¿Es Barbie el mejor vehículo para hablar de feminismo? Nadie podría responder, pero sí podemos afirmar que la muñeca en sí es la plataforma más grande, y cercana, que se puede tener.

¿La muñeca puede perder sus expectativas de género? Podríamos decir que no, ya que Barbie existe para ser aspiracional, sea perfecta o no, pero siempre estará cambiando, junto con la sociedad. Barbie, con esta película, avanza en esta disputa de expectativas de género y aspiraciones de lo que una mujer puede ser, nosotras también podemos hacerlo.

Al final, Barbie es sobre encontrar tu propia identidad, más allá de los roles de género, de la cosificación y los estándares. El cambio es necesario para crecer, aunque de miedo.

Ser Kenough

Otro aspecto importante de la película es el patriarcado y Ken. Si bien es refrescante ver un filme de Hollywood haciendo referencia directa al sistema masculino y cómo afecta negativamente a las mujeres de forma tan explícita, también es intrigante ver lo que le hace a los hombres.

Pasar de ser niño a un hombre bajo el patriarcado es una cuestión terriblemente transformadora, para bien o para mal, creando expectativas de género distintas y más violentas para las masculinidades.

Quiero creer que Ken representa una masculinidad no tradicional, usualmente mirada en menos y que se suele asociar con la homosexualidad, igual que el mismo muñeco. Una masculinidad que se ve desafiada al momento de llegar a la adultez, o el mundo real.

El gran pecado de Barbie fue no apreciar a Ken, por lo que él se ve empoderado al llegar a un mundo donde personas que se ven como él, pero no son como él, son respetadas y tomadas en consideración.

Ken, al no saber cómo mejorar su situación, busca instaurar ese mismo sistema para ser tomado en cuenta y ser, en consecuencia, suficiente para Barbie. Ken quiere ser “lo suficientemente hombre para Barbie” y cree que debe recurrir a la masculinidad tradicional para lograrlo.

Finalmente, nuestro muñeco comprende que sólo quería que su masculinidad fuera tomada en serio, en lugar de transformarse en algo que no quiere ser, volverse un “hombre” que no quiere ser, como a muchos niños les puede suceder. La historia de Ken es ser suficientemente hombre, dentro de lo que él comprende y acomoda su masculinidad.

Ser “Kenough” significa que la masculinidad de Ken es suficiente, y no debe convertirse en lo que el mundo real quiere de él para ser considerado un hombre. Una interpretación de la que muchos jóvenes se pueden beneficiar.

El viaje de la heroína

La directora puso, de forma espectacular, el viaje de la heroína en esta película. No sólo con su guión, si no con la estética de la misma. Desde el inicio, plástico y rosado, donde Barbie se separa de lo feminino, pasamos a la identificación de lo masculino en un mundo sin brillo y sin tonos saturados, para volver al mundo plástico en el conflicto y el éxito.

También, de forma etérea vemos la ruptura madre e hija, para integrar lo masculino y femenino en las escenas finales de la película.

Es imposible negar la contribución que Greta Gerwig acaba de hacer al cine, creando la película del viaje de la heroína. Un filme que será estudiado por años, no sólo por su comentario en género, sino que por su estructura.

Algún día, las clases de cine verán ‘Star Wars: A New Hope’ para aprender el camino del héroe, y en la siguiente sesión verán ‘Barbie’ de Greta Gerwig, para descubrir el camino de la heroína.

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