Desde hace un tiempo me he vuelto cada vez más aficionado a los rogue-like. Hay algo profundamente satisfactorio en ese ciclo de intentos, derrotas y aprendizajes que finalmente culminan en vencer a un jefe que parecía imposible. Towa and The Guardians of the Sacred Tree retoma esa misma sensación de recompensa, pero la combina con una aventura de acción y hack and slash de inspiración feudal japonesa, bellamente dibujada a mano y diseñada para ser jugada una y otra vez.

Una historia entre dioses y guardianes

El juego sigue dos líneas narrativas entrelazadas. Por un lado, controlamos a Towa, una diosa que protege una aldea llamada Shinju. Ella lidera a los Guardianes del Árbol Sagrado en su lucha contra las fuerzas de Magatsu, cuyo poder corrupto amenaza con consumir la tierra.

Desde la perspectiva de Towa, debemos mejorar las habilidades de nuestros guardianes, observar cómo la aldea evoluciona con el tiempo y fabricar emblemas, sellos y espadas con distintas estadísticas y efectos. Por el otro lado, controlamos directamente a los héroes en combate, explorando distintas zonas infestadas de enemigos y enfrentándonos a oleadas de criaturas.

El sistema recuerda a Warriors Abyss, de Koei Tecmo, pero con un giro interesante: controlamos a dos héroes al mismo tiempo, empuñando la espada sagrada Tsurugi y el bastón Kagura. Cada guardián posee habilidades únicas y estilos de combate diferenciados, lo que le da frescura y variedad al juego, aunque no siempre logra el impacto esperado.

Combate dinámico pero con tropiezos

El combate se desarrolla desde una perspectiva isométrica, con arenas que ofrecen acción rápida y fluida. Cada guardián porta dos espadas: la Honzashi, centrada en ataques de corte, y la Wakizashi, especializada en ataques de área (AOE). En teoría, esto añade estrategia; en la práctica, la durabilidad limitada de las armas obliga a cambiar constantemente, lo que puede resultar más molesto que interesante.

Durante mis partidas, los ataques AOE eran esenciales, pero tener que alternar a golpes cuerpo a cuerpo con un arma menos efectiva rompía el ritmo del combate. Aunque se pueden mejorar las armas durante la partida, el sistema se siente innecesariamente restrictivo, casi como un “rifle de cerrojo en forma de espada” que requiere recargar justo cuando el combate se pone bueno.

A eso se suma que los encuentros con enemigos pueden volverse repetitivos: las salas carecen de variedad, y el ciclo de esquivar zonas rojas y contraatacar se repite con frecuencia. Además, controlar a dos personajes simultáneamente presenta un desafío: mientras esquivas con uno, el otro puede quedar expuesto y recibir daño por el leve retardo en sus movimientos. Esto mejora jugando en modo cooperativo local u online, pero puede resultar frustrante en solitario.

Una dificultad exigente y runs que ponen a prueba la paciencia

Las partidas iniciales tienen un ritmo justo, pero las runs largas pueden volverse agotadoras. Tras varios enfrentamientos y jefes consecutivos, perder casi toda la salud en una sola batalla puede forzarte a repetir grandes secciones sin descanso. Los objetos curativos son escasos, y aunque el modo historia ofrece pequeñas mejoras tras cada derrota, la experiencia sigue siendo dura y punitiva.

Después de unas horas, comencé a dominar combinaciones y a elegir mejoras que se ajustaban a mi estilo de juego, pero los intentos fallidos de 30 o 40 minutos minaban la motivación. Dicho esto, los jugadores que disfrutan de los desafíos extremos encontrarán aquí un terreno fértil para poner a prueba su habilidad.

Arte dibujado a mano y una banda sonora magistral

En el apartado visual, Towa and The Guardians of the Sacred Tree brilla con un estilo artístico hecho a mano que mezcla elementos del Japón feudal con toques de fantasía. Los escenarios son coloridos, y las secuencias narrativas destacan por sus sprites detallados y expresivos.

El elenco de héroes es diverso y creativo: desde heroínas samurái hasta un pez koi musculoso o un adorable perro guerrero estilo chibi. Esta variedad no solo aporta carisma, sino también una identidad artística fuerte y coherente.

El rendimiento es estable a 30 FPS tanto en Switch 1 como en Switch 2, con ligeros problemas de ritmo de cuadros que no afectan la experiencia general. Todo esto está acompañado por una banda sonora espectacular de Hitoshi Sakimoto, que refuerza la ambientación y eleva la inmersión con cada nota.

Accesibilidad y duración

El título incluye opciones básicas como reducción de movimiento de cámara y remapeo de controles, aunque carece de ajustes de accesibilidad avanzados. En cuanto al contenido, ofrece entre 10 y 25 horas de juego, dependiendo del estilo de cada jugador y su experiencia con el género.

Conclusión

Towa and The Guardians of the Sacred Tree es un experimento ambicioso dentro del género rogue-like, una entrega de experiencia intensa, visualmente cautivadora y desafiante. Sus mecánicas de combate dual, su estilo artístico y su rica ambientación muestran un gran amor por el detalle, aunque algunos sistemas resultan frustrantes.

Aun con sus defectos, se nota el cuidado y la pasión que hay detrás del proyecto. Si disfrutas los desafíos, las mecánicas experimentales y los mundos con identidad propia, este título merece tu atención.

Como recomendación: prueba la demo antes de decidirte. Towa and The Guardians of the Sacred Tree puede que no sea perfecto, pero sin duda se atreve a pensar fuera de lo convencional, y eso en el panorama actual del gaming, ya es digno de aplaudir.

Esta reseña fue realizada gracias a un código proporcionado por Bandai Namco Latinoamérica.